miércoles, 19 de mayo de 2010

Migración


“FRONTERAS MENTALES”

Más allá de hablar del fenómeno de migración en un aspecto económico social contemporáneo, me parece interesante explorar la profundidad de dos culturas extremadamente diferentes; la mexicana y la Estadounidense, el discurso es ¿por que se convierte en un fenómeno migratorio? las razones de por que penetramos la frontera Norteamérica no son simples, en 1848 con el tratado de “Guadalupe Hidalgo” Antonio López de Santa Anna cede la mitad de nuestro territorio que abarca lo que actualmente es California, Arizona, Nevada, Utha parte de Colorado, Nuevo México, y Wyoming, nos enfrentamos ante un país en plena política expansionista, cabe decir que si los norteamericanos hubieran querido se hubieran quedado con casi todo México ya que llegaron hasta la capital del país, bombardearon Veracruz y ocuparon Puebla, pero por un asunto de limpieza étnica, no sé mezclarían con mexicanos mestizos, hubieran tenido que exterminarnos casi a todos para tener territorios limpios, pero éramos muchos más que los nativos norteamericanos como los siux, navajos, cherokees, etc. De esta manera solo abarcaron los lugares inhóspitos y solitarios del norte.

En 1916 el general “Pancho Villa” invade la comunidad fronteriza de Columbus provocando la muerte de 18 Estadounidenses, nuestro territorio es invadido nuevamente por norteamericanos durante casi un años en manos del General John “Black Jack” Pershing que busco sin ningún éxito al caudillo del norte. Todos estos hechos pareciera que el mexicano los conserva en una especie de memoria genética transmitida de generación en generación, memoria que nos hace regresar al lugar de origen, al mito de “Aztlán” mito del asentamiento de los primeros mexicanos en algunas zonas del norte de México y de los territorios anexados a Estados Unidos. México representa un dolor de trasero constante a los norteamericanos, un inminente peligro solo por ser frontera, durante la primera guerra mundial el Gobierno Alemán encabezado por el Káiser Guillermo segundo intentaría hacer un trato con México para invadir Norteamérica vía nuestro país con la promesa de regresar los territorios perdidos. El ataque de la armada imperial a Pearl Harbor en 1941 abre el debate nuevamente si Estados Unidos liderado por el presidente Roosevelt, debería invadir México para evitar que nuestro país funcionara de puente para vulnerar la frontera gringa.

La historia establece el tono de la discusión más que compleja, más que polémica en todos los sentidos, el gran país de las oportunidades colocando bardas en su frontera a la vieja usanza de comunistas soviéticos en Berlín. Una relación de odio y amor, una relación profunda e histórica, una relación de desconocidos.

Carlos Poblano

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