domingo, 6 de abril de 2014

“Paisaje marino con tiburones y bailarina”

El amor es la respuesta, pero mientras usted la espera, el sexo le plantea unas cuantas preguntas.
Woody Allen
Y con esta frase puedo comenzar este artículo que tratará sobre la obra “Paisaje marino con tiburones y bailarina” con Tato Alexander y Bruno Bichir.
La obra me recordó mucho a una película de Woody Allen ¿cuál? la que sea, para fines prácticos da lo mismo, habla de la relación tan extraña, graciosa, dramática, loca, divertida, sensorial y sumamente contradictoria pero que siempre encaja, esa, es la historia que se da entre un hombre y una mujer, que pretenden ser algo, que es mejor no ponerle nombre porque sería limitar lo indefinible, desde ese momento en que se miran y uno le ofrece al otro quedarse a dormir “mientras pasa la noche”.
Así comienza ”Paisaje marino con tiburones y bailarina” con un escenario lleno de libros, arena de mar como piso, lámparas, una sábana, un poco de comida, una máquina de escribir vieja y un refrigerador que sirve a la vez como puerta de un departamento que sólo existe en la imaginación de todos los espectadores. Así comienza una historia de un hombre que un buen día, a la orilla del mar, mientras pensaba en su inmensa soledad, escuchó el canto de una sirena que se había convertido en mujer y, entre la confusión de ser sirena que canta y danza en el mar, se vio sofocada por las olas que la ahogaban lentamente para recordarle que ahora sería una mujer completa.

Esa es la bonita introducción que nos plantea esta obra para ponernos en la mesa el inicio de una historia que ya hemos vivido todos, una historia que ya no nos tienen que contar porque la escribimos en cada relación que comenzamos, una historia que ya sabemos pero que no analizamos y que Tato y Bruno nos retratan y ponen un espejo que no maquilla imperfecciones, que tiene momentos estúpidos como cuando te peleas a media noche por algo que ni siquiera sabes cómo comenzó, también tiene momentos de risa, de llanto, de desesperación, desesperanza, tensos, incómodos y momentos muertos, como en la vida real.

El final

Tranquilos que no les contaré el final, sólo les puedo decir que cuando se va al teatro, debes soltarte y permitirte ser parte del mito, de la obra, de la puesta en escena, creer que ese es un gran barco, que ahí está sucediendo una batalla naval, que los dragones emergen del piso. Debes estar disponible a la experiencia para que esa obra de arte pueda transformar algo de ti.
Sobre el final les puedo decir que yo lo entendí horas después, cuando ya estaba en casa, cuando analicé el porqué de cada elemento, de cada situación, cuando me pregunté el porqué la obra terminaría de esa manera.
Mi respuesta es precisamente la frase con la que inicié este artículo…
El amor es la respuesta, pero mientras usted la espera, el sexo le plantea unas cuantas preguntas.
Woody Allen
Por cierto, una buena forma de comenzar a conocer a una persona es, pidiéndole que les cuente una historia…

sábado, 5 de abril de 2014

Desde Cero


Desde cero se inicia, desde cero se termina, desde cero se parte, desde cero se hace uno, desde cero es como quieres que comience, desde cero es como se ocultan de verdad las probabilidades de dejar de ser joven, desde cero amamos y despegamos, desde cero nacemos aún teniendo ya 3 décadas en el escenario, desde cero queremos platicar y desde cero queremos imaginar.

Desde cero todo debería de ser inmortal, desde cero nada se puede truncar porque está desde cero.

Aprendo y comienzo a volar porque he asimilado vivir cada día desde cero, nada viene a ti, nada se queda contigo, todo pasa para empapar o salpicar, disfruta el baño o el rocío que se pudiera dar, no llores por más, ni te quejes por menos pues, no hay mejor contrato que puedas aprobar que el aceptar un número tan redondo que te hace volver a confiar y emprender, desde cero, se puede comenzar…

Buenos días


By José Córdova
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