El que nada debe, nada tiene!
Dentro de los estándares de lo que clasifica a la clase media en esa categoría, clase media, un factor determinante es la posesión de un automóvil (propio, rentado, robado) de ahí nos basamos para colocar a una familia dentro de un grupo social, el grupo de las familias con coche, pero, para lograr este título de clase mediero (prospecto a burgués) no basta con tener un automóvil, sino, también en que clase de automóvil tienes, es así como la clasificación se va fragmentando y a su ves margina a aquellos que no pasan el control de calidad de el buen gusto, consumismo y endeudamientos.
Con esta pequeña introducción se plantea que la cultura de la cartera vencida, no es exclusivo de los europeos, ni solo de aquellos que tienen el privilegio de cargar consigo una tarjeta de crédito. Es también de los oaxaqueños que con la llegada de grandes corporaciones al estado (supermercados, tiendas departamentales, clubes nocturnos, agencias de autos.) se ven en la necesidad de gastar más de lo que ganan o tienen ahorrado, para no quedarse atrás con las exigencias de la familia moderna.
Bancos de buena fé
La cultura del plástico como varita mágica para la adquisición de productos como un automóvil, no se ve muy recomendable ya que los banqueros de buena fé abren sus políticas para la adquisición de una tarjeta de crédito pero te las cierran con la taza de intereses, aunque existe la posibilidad de tener un auto sin tener que comprarlo, tampoco se ve como una opción muy redituable a tu bolsillo, ya que tendrás que pagar montos de seguro por daños y al terminar el contrato deberás retornar el auto en buenas condiciones, aquí caben las grandes preguntas ¿para qué rentar un carro? ¿Con mensualidades igual de caras a las de una mensualidad de un carro en venta? ¿Por qué vivir en apariencia? ¿Por qué después de haber pagado el 80% Del costo de agencia tener que devolverlo?